El Albergue parroquial de Santa María es un ejemplo de hospitalidad sin parangón en el Camino de Santiago. Es un edificio de una planta en piedra de mampostería con sillería en las esquinas y vanos. Su fachada está decorada con dos dibujos de un peregrino vestido a la antigua usanza, con bordón y atillo, situados a cada lado de la puerta. La puerta está protegida por un portillo
Abierto en el año 1994, tiene una capacidad de 70 plazas en varias dependencias de 6, 10, 12, 18, 20 y 25 plazas. Con algunas habitaciones individuales para uso de minusválidos y casos puntuales
Es un albergue abierto todo el año, cuya única condición de uso es disponer de la credencial de peregrino. Su uso es gratuito, salvo los donativos que se reciba